viernes, 15 de mayo de 2009

¿Y EL PASADO?

Como suele decir uno de mis mejores amigos: "VERGÜENZA" eso es lo que debería haber sentido Joseph Ratzinger (en la actualidad Benedicto XVI) cuando visitó la sala del Yad Vashem donde figuran los nombres de los campos de exterminio nazis. En cambio S.S. (la abreviatura significa Su Santidad) no habló de la Alemania nazi, tampoco dio la cifra total de personas que perdieron la vida y usó el vocablo "muertos" para designar a los "asesinados"... ¡Qué vergüenza!

martes, 12 de mayo de 2009

YAD VASHEM

El pasado lunes día 11 de mayo, Benedicto XVI visitó el Yad Vashem -o mejor dicho, una parte del mismo ya que se negó a visitarlo en su totalidad porque en él hay una fotografía de Pío XII-. El memorial, conocido con el nombre de Museo del Holocausto, es en realidad un momumento en recuerdo a las víctimas del nazismo. Su nombre proviene de Isaías 56, 5 Yo les daré lugar en mi casa y dentro de mis muros, y nombre mejor que el de hijos e hijas; nombre perpetuo les daré, que nunca perecerá... de ahí dos palabras: "yad" (memoria) y "shem" (nombre). Aquí tenéis el enlace para la visita virtual al memorial: http://www.yadvashem.org/
He tenido la suerte de poderlo haber visitado ya en dos ocasiones por lo que os contaré algunas cosas del mismo. El Yad Vashem se compone de distintas partes: el jardín de los Justos de las Naciones, el Memorial de los Niños, los Monumentos a los Resistentes, la Sinagoga, la Sala de Recuerdo, en la que el Papa realizó la ofrenda floral. Se trata de una sala, tenuemente iluminada con una llama perpetua y en el suelo inscritos los nombres de todos los campos de la muerte.
La zona que el Papa no quiso visitar es, propiamente el museo, sólo entrar ves un largo edificio en forma de uve invertida (una especie de inmenso barracón) en el que se intuye la salida pero, cuando se llega, te encuentras con un mirador sobre un inmenso jardín, yo lo interpreto como un lugar al que entras y del que no podrás salir (lo que pasaba en los barracones de los campos). La primera sala está llena de banderas y estandartes con la esvástica nazi y un ejemplar de Mein Kampf, el manifiesto propagandistico de Hitler. Ahí empieza el recorrido por distintas salas colocadas en los laterales del pasillo central... Lo que entendí es que el nacionalsocialismo empezó a perseguir, internar y externimar a las personas con algún tipo de deficiencia física o mental... y el mundo enteró calló; luego fueron perseguidos todos aquellos que no comulgaban con los ideales nazis, y el el mundo también calló... Les tocó el turno a homosexuales y lesbianas y el mundo continuó callando... y así podríamos continuar con distintos grupos y personas hasta llegar a los judíos y el mundo entero siguió callando. Así pues el Yad Vashem nos cuenta la historia de una masacre anunciada durante años. En una de las salas se expone la fotografía que se envió a gobiernos y medios de comunicación de Auschwitz y también las fotografías de la vida en los distintos guetos... pero el mundo decidió mirar hacia otro lado. Si no me equivoco cerca de la foto aérea de Auschwitz se encuentra la fotografía del Papa Pacelli, Pío XII, quien no sólo calló sino que bendijo públicamente bombas facistas. Sí, el Papa calló quizá porque aquello ya le iba bien: los nazis perseguían a los asesinos de Jesús (qué poca historia sabe la gente) y los nazis luchaban contra los comunistas, los enemigos acérrimos de la Iglesia, dos buenas razones para no hablar. No estoy diciendo que los católicos callasen, sino que el Vaticano sí que lo hizo. Muchos católicos, sacerdotes y algunos prelados hicieron lo que pudieron para salvar la vida de los perseguidos mientras el Papa únicamente lamentaba el sufrimiento del pueblo judío ¡qué palabras tan poco oportunas! ¿Qué se diga esto es lo que ha molestado a Benedicto XVI? Pues es sólo cuestión de memoria histórica: eso es lo que sucedió. Es como si se quisiese negar que una parte de la Iglesia apoyó el franquismo y convirtió al dictador en el Caudillo salvador de España por la Gracia de Dios (recordemos que Pío XII declaró que la guerra civil había sido una Cruzada).
El Vaticano se ha equivocado una vez más. Tenía una oportunidad única de pedir perdón y hacerlo con un Papa alemán que había pertenecido a las juventudes hitlerianas, pero no, una oración en la sala y un breve saludo a algunos supervivientes... No es de extrañar pues recordemos que ha sido este Papa quien ha vuelto a introducir en la liturgia del Viernes Santo una oración por la conversión de los judíos, oración que el Concilio Vaticano II había sacado de la liturgia de ese día.
Desde aquí mi reconocimiento a todos esos católicos (anónimos o conocidos) que se arriesgaron por salvar vidas, pero mi total desacuerdo con una Institución que calló durante la guerra y sigue callando; contra una Institución que ayudó a la fuga de nazis a países sudamericanos, a Portugal, a España... Qué siempre exista una voz para recordar aquellos años de terror, aquella masacre y evitar que algo parecido vuelva a suceder alguna vez.