sábado, 14 de noviembre de 2009

UNA GRAN NOVELA


Podría decir que hoy va una de cal y una de arena, y tras el comentario de la infame novela del señor Brown, ahora voy a comentar una que me ha entusiasmado LA CASA DEL PROPÓSITO ESPECIAL de John Boyne.

Recuerdo el primer día que en el FNAC vi una portada que me llamó la atención e hizo que me fijase en el título: El niño del pijama de rayas. Al día siguiente me lo leí de un tirón y, lógicamente, lloré como tantos otros con la entrañable historia de esos dos amigos que se encuentran en el lugar menos apropiado para iniciar una relación de amistad. Empecé a recomendar el libro a mis amigos, lo reseñé en la revista en la que colaboro y lo puse como lectura obligatoria a mis alumnos de 1º de bachillerato, pero, en el fondo, pensé que Boyne había escrito una buena novela y que ahí iba a quedar su trayectoria literaria...

Al cabo de un tiempo me enviaron "Motín en la Bounty" y la verdad es que empecé a cambiar de opinión y a creer que Boyne no había sido el autor de uno de los fenómenos literarios del año, sino un autor que sabía muy bien lo que quería transmitir y cómo hacerlo.

Y ahora nos llega LA CASA DEL PROPÓSITO ESPECIAL una historia realmente entrañable ambientada en los últimos años de la Rusia de los zares. Utilizando el flasch-back Georgi, que está esperando que su amada Zoya muera en un hospital londinense, nos cuenta cómo cambió un día su vida y cómo se relacionó con la familia imperial rusa.

A las pocas páginas empecé a sentir algo que me cuesta mucho experimentar por lo contradictorio del sentimiento: por una parte, unas ganas enormes de adelantar y acabar la lectura para saber qué sucede y por otra, un deseo de ir alargando todo lo posible la lectura para que no acabe... pero no lo pude hacer y las 409 páginas las devoré en tres días... Reconozco que Boyne sabe cómo tratar al lector pues, aunque éste muy pronto empiece a adivinar o intuir cosas, no logra dejar de sorprenderse página a página gracias a esta espléndida narración.

Si en la entrada anterior os hacía ahorrar, ahora os haré gastar... corred a la librería a comprar un ejemplar de esta novela, que, como las otras, edita Salamandra.

LECTURAS


Reconozco que esperaba con impaciencia la publicación de la última novela de Dan Brown, El símbolo perdido, pues aunque muchos se rasguen las vestiduras yo fui uno de esos millones de lectores que disfrutó con El código Da Vinci, Ángeles y demonios, La fortaleza digital y La conspiración. Los que lo acusan de no ser un gran escritor tienen razón, pero no debemos olvidar que la literatura puede tener una triple interpretación:

1) La literatura, siguiendo los principios clásicos, debe enseñar, deleitando, es decir, debe divertirnos el hecho de leer al tiempo que aprendemos algo que el autor nos quiere transmitir... por ejemplo, el anónimo autor de El Lazarillo nos divierte con las "aventuras" del protagonista al tiempo que denuncia cómo era la vida de los menos favorecidos en la España imperial del siglo XVI.

2) La literatura debe enseñar: y ahí tenemos todas las obras didácticas y los ensayos sobre el tema en el que queramos profundizar

y 3) La literatura debe divertir, algo tan simple como hacernos pasar un buen rato, sentados en nuestro sofá preferido, en el metro, autobús, tumbados en la cama o donde queramos. En este apartado, hasta ahora situaba las obras de Dan Brown.

Pero parece que al autor se le ha subido la fama a la cabeza y no sólo declara que lo le gustaría obtener el Premio Nobel de Literatura (qué no se preocupe, aunque tal como están últimamente los Nobel, todo podría ser posible) sino que está varios años con un contrato multimillonario escribiendo su nueva novela y la editorial la anuncia a bombo y platillo... Pues bien, EL SÍMBOLO PERDIDO es una de la peores novelas que he leído en mi vida ¡y he leído algunas! Una obra aburrida en la que la intriga brilla por su ausencia y que sólo sirve para que se vayan llenando páginas y páginas con situaciones absurdas y que no aportan nada.